En la Next-Gen con videojuegos de acción tan consolidados como Gears of War, Killzone, Uncharted o Bioshock es ciertamente complicado hacerse un sitio, y es por ello que a menudo los desarrolladores buscan propuestas rompedoras con las que atraer la atención de los aficionados.
mindjack tiene una propuesta interesante a sus espaldas basada, en realidad, en un concepto muy corriente de lo que la acción en tercera persona debe suponer. Con referentes como Uncharted o Gears of War en mente, el videojuego de los mediocres Feelplus no logra levantar el vuelo a pesar de introducir un giro muy interesante en su base. Falta chispa, sobran fallos de ejecución y echamos de menos inspiración dentro de un conjunto francamente olvidable que no puede pasar del aprobado raspado.
Cierto es que con el reciente Ninety-Nine Nights II en mente no teníamos muchas esperanzas en los chicos de Feelplus al frente de un nuevo desarrollo, sin embargo la propuesta de Mindjack parecía destinada a recuperar el pulso de este equipo japonés que todavía no ha acabado de encontrar el proyecto con el que desarrollar el potencial que se les presuponía.
En esta ocasión el protagonista al que encarnaremos es Jack, un héroe del año 2031 que vive en el clásico universo futurista en el que los gobiernos mundiales y las gigantescas corporaciones mandan, acabando con vidas y realizando desmanes aquí y allá sin el más mínimo temblor en el pulso. Seremos un agente especial que, acompañado por su compañera Rebecca, deberá infiltrarse en la base de la corporación Nerkas con el telón de fondo de la invención de un sistema que permite a los seres humanos introducirse en las mentes de otros y controlarlos.
Este elemento argumental, que podríamos valorar como meramente correcto a efectos narrativos, se vuelca en la jugabilidad convirtiéndose en la piedra angular de la propia experiencia que oferta. Y es que el juego sacrifica buena parte de su aceptable propuesta inicial para primar acción por acción. No tenemos problemas con este tipo de decisiones conceptuales puesto que hay maravillosos ejemplos de títulos de acción sin una base argumental consistente a sus espaldas -el primer Gears of War por ejemplo-, sin embargo en un juego tan mediocre y repetitivo como éste no sirve como pretexto el contar con unas dinámicas variadas, entretenidas y cuidadas como en el ya clásico shooter de Epic Games.
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