Siempre hay otra oportunidad si se busca renovarse. Eso es lo que habrá pensado Namco-Bandai con dead to rights, una franquicia que a pesar de que nunca ha sido elevada a lo más alto, sí que ha contado con alguna entrega notable y bastante público detrás.
Aunque los comienzos en 2002 con el primer título fueron bastante notables ofreciéndonos un correcto juego de acción, no se debe dejar pasar que igualmente cató las mieles del fracaso con una segunda entrega que no destacaba en ninguno de sus apartados.
Los spin-off aparecidos en GameBoy Advance o en PSP no ayudaron a resucitar una franquicia que necesitaba renovarse tanto por dentro como por fuera.
Por ello mismo la actual generación de consolas se muestra idónea para abrazar un nuevo nacimiento de la franquicia, esta vez con la gente de Volatile Games (Reservoig Dogs) llevando la manija, y una Namco-Bandai apostando muy fuerte. De primeras se mantiene la esencia del original, un continuo vaivén de acción poco apta para jugadores tranquilos y con nuestro feroz amigo Sombra que aparece supervitaminado para la ocasión.
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